El New York Times ha hecho una investigación con la que ha abierto la caja de los truenos del mundo de la pornografía delictiva en la red. Esto es: pornografía no consentida, de venganza, vídeos robados, o en la que se practican violaciones o abusos a niños y menores.
Para hablar de este turbio fenómeno al cual tienen acceso los adolescentes de todo el mundo y que puede estar cambiando seriamente su concepción de las relaciones sexuales, Horizonte ha contado con la colaboración de Mabel Lozano, que escribió junto a un agente de policía un libro llamado ‘Pornoxplotación’, donde se habla de la pornografía como la prostitución 2.0.
El psiquiatra José Miguel Gaona ha hablado de un estudio – también basándose en sus propios pacientes -que explica cómo afecta el abuso del consumo de la pornografía en el cerebro de los jóvenes:
"Los efectos son similares a los de la droga, a una adicción en la que cada vez se quiere un consumo más fuerte y que afecta, como las drogas, a la estructura de su cerebero", ha dicho, recalcando que sólo ocurre así cuando el consumo es abusivo.
“Con este tipo de contenidos, el cerebro involuciona, producen hipofrontalismo, es decir, que afecta a la hora de tomar decisiones. El porno es un pelotazo de dopamina y esto afecta a la estructura del cerebro, que no puede madurar”, ha concluido.