Iker Jiménez ha definido Alcàsser como “el gran caso español que nunca llegó a resolverse”. El criminólogo Félix Ríos y su equipo llevan desde noviembre del año pasado trabajando en ello y han solicitado “nuevas pruebas genéticas para poder enjuiciar a Antonio Anglés en el caso de que fuera detenido”. Esto es imprescindible porque, según explica Ríos, “a fecha de hoy, si se detuviera a Anglés no habría ningún indicio forense para condenarle”.
Félix Ríos y su equipo han pedido “pruebas de carácter genético y que se reinspeccionen los vehículos decomisados”. En ellos quieren buscar indicios genéticos que sitúen allí a las niñas o que las relacionen con los posibles autores.
Los dos coches que siguen guardados en el depósito y que están relacionados con el caso son un Opel Corsa y un Seat Ronda. Este último es menos importante porque se compró después del secuestro, pero Ríos y su equipo solicitan analizar en profundidad y con las técnicas actuales (que no existían en 1993) el Opel. “Lo que pedimos es que con los reveladores que hay hoy en día se podrían encontrar cualquier fluido de cualquiera de las víctimas”. Sí que se ha podido confirmar con pruebas la presencia de los delincuentes en el coche, pero no de las niñas.
También se ha solicitado analizar 11 de los pelos (vello púbico) hallados en los cuerpos de las víctimas.