En el Museo Británico de Londres hay un objeto que aseguran que está maldito o que trae mala suerte, incluso, se le han llegado a atribuir múltiples desgracias, entre ellas el hundimiento del Titanic. Se trata de una tapa de ataúd egipcia que una vez cubrió a la momia de una mujer.
Tras el hundimiento del Titanic, entre los supervivientes corrió el rumor de que esta momia viajaba en el interior del transatlántico, lo que provocó que la historia se hiciese muy conocida y la gente empezase a creer que la momia había sido la causante del fatídico accidente.
‘’Todo empezó porque muchos años después empezó a rumorearse que la causante del naufragio había sido la momia que viajaba en el Titanic. Y no viajaba una momia, es verdad que hay algunos objetos egipcios que una pasajera de primera llevaba a un museo, pero la momia no estaba’’, comienza explicando Carmen Porter.
Javier Sierra ha querido aclarar qué es lo que pasó, ‘’No, la momia no estaba. Es una historia muy bonita, estamos hablando de 10 años antes del descubrimiento de la tumba Tutankamón, por lo tanto, todavía esa historia de la maldición del faraón parecía que no era popular, salvo en un lugar, el Museo Británico. En vez de una momia tendríamos que hablar de la tapa de un sarcófago, no es exactamente una momia. Esta pieza arqueológica allí la conocen como la momia de la mala suerte’’.
‘’Lo que dicen, ahí viene la leyenda, es que esa tapa del sarcófago había viajado en el Titanic y que la habían recuperado del Titanic, realmente no lo sabemos, no hay constancia de eso. Pero es muy curioso cómo la historia de la momia de la tapa del sarcófago en el Museo Británico que les obligo a los miembros del museo hasta el año 95 a tener un cartel explicando esta historia y pidiendo que no se acercaran demasiado a la momia, hasta ese momento se mantenía esa historia’’, continúa explicando Javier.
Al parecer, según cuenta Carmen Porter, la historia de la momia del Titanic la empieza a contar un pasajero que viajaba en el Titanic y que visitó el Museo Británico quedándose impactado por la historia de la momia de la mala suerte, más tarde, varios pasajeros cuentan después la historia a la prensa cuando ya están en Nueva York porque creían que verdaderamente esa momia viajaba en el Titanic, por lo que la historia se fue haciendo más grande y la gente acabó creyéndola.