Los asaltos a hogares han crecido incluso cuando hay gente dentro de los domicilios. Ante esta realidad, Iker Jiménez les ha preguntado a los expertos del programa qué debemos hacer en el caso de vivir una situación similar y los dos han dado una respuesta unánime: nada.
José Félix Ramajo, instructor de seguridad privada profesional, ha sido muy claro en su consejo: “Sumisión, no hacer nada. El que entra, lo hace con más capacidad que el que está dentro”. También ha contado que hay gente que opta por hacerse sus propias habitaciones del pánico, incluido él mismo.
El otro experto en el tema, José Jiménez Planelles, instructor y experto en armamento ligero, aconseja lo mismo: “En un robo normal, nada de violencia. Los criminales lo quieren todo. Les dais todo, que la vida vale más”.
Los ladrones de casas usan artefactos de lo más complejos para lograr su objetivo. Tienen herramientas sencillas, como martillos, palancas o cizallas, pero también otros aparatos electrónicos que pueden darles información pormenorizada de lo que está ocurriendo en una vivienda o de los movimientos de sus víctimas. Para ello, recurren a estetoscopios electrónicos, inhibidores o incluso a balizas de seguimiento que se colocan debajo de los coches.