En ‘Horizonte’ debatimos sobre la transexualidad en el deporte, tras conocerse el caso de Lia Thoman, nadadora transexual que ha sido vetada de este deporte en Estados Unidos por su gran ventaja física ante sus compañeras.
La Federación Internacional de Natación cambia las normas para que una mujer transexual pueda competir en esta modalidad. Ahora, para que una mujer transgénero pueda competir tiene que ejercer su cambio antes de los 12 años. Además, se empieza a plantear crear una categoría nueva solo para ellas.
Según la doctora Emma Hilton, bióloga del desarrollo en la Universidad Manchester, una de las claves entre la diferencia de rendimiento en el deporte entre hombres y mujeres es la fuerza. En el caso de los hombres, la musculatura adquirida durante la pubertad bajo condiciones de la testosterona está muy por encima.
En el caso de las mujeres transgénero, “la pérdida de cantidad muscular es bastante pequeña sin testosterona”. En un periodo de 12 meses pueden llegar a perder el 5% de su musculatura. En los deportes de potencia, la brecha entre mujeres y hombres es entre un 10% y 15%. En aquellos deportes donde se requiere más fuerza de la parte superior del cuerpo, “es donde los hombres son desproporcionadamente más fuertes que las mujeres”.
En general, Emma Hilton explica que los hombres pueden saltar un 20% más, correr un 10% más rápido, levantar un 30% más y lanzar un 50% más que las mujeres. Unos datos que cuestiona que el Comité Olímpico haya tenido en cuenta.
Por lo tanto, los hombres que han pasado por la pubertad masculina adquirieron una gran ventaja atlética. La bióloga resalta que a pesar de que las mujeres transgénero pierdan parte de su musculatura, “no hay evidencia de que la supresión de la testosterona pueda eliminar esa brecha que se adquiere en la pubertad”.