Los altercados que han ocurrido en la final de la Champions League o Liga de Campeones celebrada en París no ha sido una sorpresa para los franceses, pero sí para los Europeos. En ‘Horizonte’ analizamos el fenómeno que se ha reabierto, las zonas donde no impera la ley, algo que se asume y se oculta.
Tenemos en plató a dos aficionados del Real Madrid que vivieron el peligro en sus propias carnes. Luis Moscardó cuenta su experiencia desde su llegada al estadio, en primer lugar “los autobuses nos dejaron a tres kilómetros de distancia del estadio”, desde ese momento supo que algo no iba bien. Al llegar al estadio empezaron los murmullos de los ladrones, “grupos organizados con un mismo patrón”.
Los ladrones al principio buscaban a personas que tenían el móvil en la mano para robar las entradas y “la policía no hacía absolutamente nada”. Después comenzaron las peleas, “nos tiraban botellas de cristal ante la pasividad de la seguridad”. Tras finalizar el partido comenzó “la pesadilla extrema”, los grupos que comenzaron siendo de cinco personas se convirtieron en cuarenta personas. Según Luis Moscardó su intención era “hacer un embudo para que fuéramos a la boca del metro, era una trampa”.
Afortunadamente, consiguieron salir de ahí “era como la película de ‘La purga’ y llegar a la carretera, donde los policías te empujaban directamente cuando pedías auxilio”. Una de las escenas que se quedarán en la retina del aficionado es la de “las niñas llorando porque estos energúmenos las estaban tocando”.
En el caso de José Luis Ventura, su familia y él vivieron el partido sin entrar al estadio. Coincide en que “fue una pesadilla”, a las puertas del Stade de France había “personas con camisetas de Argelia, grupos de 20 personas que venían en bandadas”. Ante el peligro los aficionados de ambos equipos se juntaron, “casi todos los coches de los españoles estaban rotos”.
Al igual que Luis Moscardó, José Luis Ventura veía como la policía no hacía nada, su familia ayudaba a todo el que podía, acercando a los aficionados a sus coches, “dama miedo ese barrio”.