Cualquier excusa es buena para que las pretendientes de César Gloria y Eloísa se enzarcen. En esta ocasión la morena se ofendió cuando su rival porque se empeñó en servirle la pizza que tenían para cenar. "No quiero que me sirvas, me pone nerviosa", protestó.
Preocupado por la integridad física de sus mujeres, César intervino rápidamente, confiscado las tijeras por las que discutían. "Estáis a la picadilla, estáis a la que salta... os estáis comportanto como dos niñas", les increpó. Para intentar distender el ambiente, acaso para cortar la tensión, el hombre se puso a hacer tonterias con los útiles de cocina, recordando un poco a Locomía con sus abanicos.
El encontronazo de la cena prosiguió en la sobremesa. En la terraza Gloria se desahogaba con César del comportamiento de Elo: "que me vaya haciendo como ella quiere, no lo voy aperomitir. Yo soy autosuficente y no necesito que me sirvan la mesa. Ella maneja a sus trabajadores y a mi no me va a manejar".
Eloísa, por su parte, avisa de que aún no la hemos visto enfadada de verdad, pero que este tipo de situaciones podrían destapar la caja de los truenos: "considero que me ha hecho un feo y no me tiene que dar ese corte porque empezamos mal. Entonces César se va a cabrear. Me caliento y me caliento, en el bueno sentido, y le contestaré y acabaremos mal", vaticina.
No hay duda de que a César le ha tocado lidiar con dos buenos mihuras. El granjero alberga ciertas dudas sobre si podrá controlar la situación con la rubia: "Es un cielo pero es un cielo 'nublao' y cuando no está 'nublao' es de tormenta".