Gracias a Nacho Navarro, hemos podido entrar con nuestras cámaras a un lugar al que no puede acceder cualquiera. Se trata del único laboratorio en el que se estudia la materia oscura y se encuentra en Canfranc, Huesca, muy cerca de la frontera con Francia.
Se trata de un laboratorio que se encuentra construido a 850 metros. El objetivo de esto es evitar que los rayos cósmicos afecten a los experimentos y que los investigadores puedan trabajar en mejores condiciones para descubrir el origen de la Tierra.
‘Futura’ ha podido hablar con Sergio Fernández, uno de los trabajadores de este laboratorio, quien ha explicado cómo se trabaja en este lugar en el que se pretende entender el origen del Universo. “La idea es protegernos de los rayos cósmicos y todas las partículas que nos bombardean y atraviesan la Tierra”, explica el investigador.
“Los sensores que se utilizan en estas investigaciones son tan sensibles que los rayos afectan. Lo que se busca es el silencio cósmico para que el nivel de partículas sea menor”, explicaba Sergio Fernández, a la vez que podíamos ver el interior de este laboratorio.