Carmen Porter nos cuenta una historia de lo más escalofriante que tuvo lugar en República Checa en el año 2007. Barbora Skrlová era una mujer de 33 años que sufría hipopituitarismo, una enfermedad que afectaba a la hormona del crecimiento.
Debido a ese trastorno, la apariencia de la mujer era la de una niña de trece años. Una baza que utilizaba para engañar a la gente y torturarla. Barbora consiguió hacer creer a los Mauerova que estaba huyendo de una familia que abusaba de ella y, así, logró un lugar en el que cobijarse.
Poco a poco, la joven, que sufría problemas psicológicos, fue engañando a su nueva familia de acogida e hizo que dos de los miembros se metieran en una secta llamada Movimiento Grial. A partir de ahí, los niños, que estorbaban en los planes de Barbora, empezaron a sufrir abusos.
Esta tortura se terminó cuando, gracias a un ‘vigilabebés’, los vecinos de al lado descubrieron lo que estaba ocurriendo en aquella casa. La delincuente se las ingenió para huir a Noruega y fue allí donde empezó una nueva vida.
Sin embargo, años después, la policía logró detenerla en ese nuevo destino y descubrieron que se estaba haciendo pasar por un niño, de unos catorce años.