Alejandra Andrade se acerca al pueblo más cercano al camping de Droomgaard para saber qué piensan sus vecinos.
“Si lo conocemos, hay mucho inmigrantes… son refugiados”, asegura una vecina a la que Alejandra tiene que corregir: “No son refugiados, son trabajadores españoles”.
“No he estado nunca allí, lo que sabemos es que la policía va mucho por allí, hay muchos controles”, comenta otro vecino.
“No me siento segura cerca de allí, siempre hay gente en la calle con bebidas… no me gusta”, dice otra vecina.