Alejandra Andrade se encuentra con un trabajador español alojado en el camping de Droomgaard donde conviven centenar de personas entre ellas unos 50 españoles. Es de Madrid, técnico de sonido, llegó hace dos meses y se marcha ya, no soporta más las condiciones. “No aguanto más, tengo 44 años y mi cuerpo ya no soporta 12 horas diarias durante 6 días seguidos. Esto es duro de cojo***”, asegura. “Esto es Auschwitz”, comenta sobre el camping donde se alojan.
Un camping alojado en medio de la nada, donde no pasa ningún tipo de transporte público. En su día libre, los españoles alojados en este camping tienen que recorrer andando más de 2 kilómetros para hacer la compra.