Sara fue víctima de abusos sexuales durante gran parte de su infancia. Fue su padrastro quien aprovechó su corta edad para abusar de ella sin que fuera consciente de lo que estuvo sucediendo. Para cuando Sara tenía 15 años, empezó a ser consciente que denunciarlo supondría la ruptura familiar. "Toda la familia dependía de él económicamente", explicaba.
Con los años, Sara se armó de valor para denunciarle pero la justicia le dio un mazazo: el delito había prescrito. "Archivaron mi caso y prescribió. Me dio la sensación de que el juez ni leyó mi denuncia ni investigó nada", confesaba Sara a Alejandra Andrade.