Alek y dos amigos más deciden hacer una acción a favor del colectivo LGTB en pleno San Petersburgo. Se manifiestan con carteles y lo hacen de uno en uno para evitar riesgos. La Policía no tarda en acudir a pedirles la documentación y en apuntar lo que pone en los carteles así como que han pasado menores por delante y por lo tanto han violado la Ley de propaganda homosexual.