Alejandra Andrade y sus compañeros han cogido un taxi en Cartagena de Indias y el propio taxista era el enlace de un proxeneta, que se lleva una comisión cada vez que consigue que los extranjeros contraten a alguna prostituta. Éstas suelen estar por las playas y, si el cliente quiere ver un catálogo de menores, lo puede recibir en su móvil.