Agustín es un camerunés que cruzó África y saltó la valla de Melilla para huir de la homofobia. Tenía pareja en su país y fueron víctimas de una paliza mientras estaban de fiesta. Él decidió salir de allí como fuera y al tercer intento consiguió entrar en Melilla. Desde entonces su familia no le habla porque piensan que la homosexualidad es una maldicion.