Un grupo de jóvenes de entre 14 y 16 años han participado con una experta sexóloga en una terapia en la que han hablado sin tabúes sobre pornografía. Una de las chicas del grupo explicaba con detalle que en su caso comenzó a consumir pornografía a los 14 años en compañía de una amiga: “Experimentábamos en mi habitación hasta que mi madre nos pilló, yo únicamente consumo porno lésbico porque no me gusta la dominación que existe del hombre hacia la mujer en el porno”.
Otro de los chicos reconoce que comenzó a consumir pornografía cuando, intentando descargarse un videojuego, un contenido spam apareció en su ordenador: “Era un vídeo sexual y a partir de ahí empecé a ver porno”.
Pero la pornografía para estos jóvenes en algunos casos se convierte en una auténtica pesadilla. Es el caso de uno de ellos que cuenta cómo un contenido que envió a un amigo en confianza acabó siendo difundido por la red: “Le mandé a un amigo una foto paja y él me traicionó, se la envió a otros contactos”.
Algo que va en muchas ocasiones de la mano del sexo es el consumo de drogas, tal y como cuenta una de las jóvenes: “En varias ocasiones he consumido popper y cannabis, para tener una sensación más intensa, como vemos en el porno”.