Teresa tiene 60 años, es pedagoga y asegura que es una mujer con un carácter fácil de llevar “es fácil vivir conmigo, me adapto bastante bien”. Se define como una mujer divertida, jovial, con ganas de hacer muchas cosas, amante de la aventura y con la que la monotonía no pega para nada. Teresa tiene muy claro lo que quiere y sobre todo, tiene un requisito que muy pocos hombres cumplen.
Le gusta pasear, la montaña, la playa, leer, ir al cine… Y es que Teresa se divorció allá por las Olimpiadas de Barcelona 92 y lleva diez años por pareja. Es una mujer exigente, con tres hijos que sabe lo que está buscando. Le encantaría que un hombre que se cuide físicamente para estar bien también interiormente, simpático, hablador, que le guste salir de casa, hacer planes, realizar deporte y sobre todo, sobre todo, que no le guste el fútbol.
¿Qué no le guste el fútbol? Lidia ha tenido la sensación de que Teresa estaba pidiendo casi un imposible y que con ese requisito estaba haciendo una criba de más del 95% de los hombres, pero ambas han tenido la esperanza de que Manuel fuera de ese cinco por ciento restante.
Lidia estaba deseando que Teresa le preguntara a Manuel si le gustaba o no el fútbol, pero ella ha preferido darle emoción al asunto y dejar la complicada pregunta para el final de la cita. ¿Habrá pasado Manuel la criba? ¿Pertenecerá al 5% de la población masculina a la que no le gusta el fútbol?