Aunque hasta la decisión final no se ha dado cuenta, Jay no ha necesitado llegar al postre ni al baile sensual que le ha dedicado su cita para tener claro que no estaba delante del hombre de su vida. De hecho, ha asegurado tener muchas tentaciones de salir corriendo de la cita en un momento determinado.
Daniel ha tenido claro desde que les ha tomado nota que Jay podría ser perfectamente el príncipe que estaba buscado y no se ha molestado en darse cuenta de que Jay, su cita, no estaba sintiendo lo mismo. De hecho, al recibir sus calabazas se ha mostrado indignado porque él había sentido que le seguía el rollo y habían conectado.
Jay ha confesado al principio de la cita que a él le gustaba los chicos “heteros y fachas”, pero estaba disfrutando de una cita muy agradable con Daniel hasta que han llegado al reservado y las bolas del amor han hecho su aparición. A Daniel le ha tocado bailar sensualmente para su cita y lo ha hecho, vamos que si lo ha hecho.
Daniel se ha tirado al suelo y ha comenzado a contornearse hasta que ha llegado a hacerse sentir incomodo a su cita “Me ha costado quedarme ahí y verlo, fue traumatizante”. Tras el baile, Jay se ha sentido en la obligación de no esperar a la decisión final y dejarle claro a Daniel que se iria de fiesta con él, pero no quería nada más allá.
A Daniel le ha sentado muy mal y no ha dudado en decirle “Te he quedado grande o más bien, tú me quedas pequeño”. Estaba molesto y Jay ha intentado explicarle que no había sido por eso “No hay filtro, en la primera cita me hablas de las orgias que haces, las aplicaciones que tienes…”. Algo que él ha interpretado con un “soy muy puta para ti” y se ha quedado tranquilo.