Miriam esconde el verdadero motivo de sus calabazas en ‘First Dates’: “No me gustan los calvos”

Gabriel y Miriam han protagonizado una cita en la que además de un baile ha estado a punto de llegar el beso. Todo parecía haber funcionado a las mil maravillas y él estaba convencido de que iban a repetir, pero ella le ha dicho que no y no se ha atrevido a confesarle que el motivo “No me gustan los calvos”.

Gabriel se ha casado dos veces y no descarta casarse una tercera vez, pero lo haría en Las Vegas disfrazado de Elvis o “en algún lugar haciendo el chorra”. El primer matrimonio duró muy poco, pero con el segundo tuvo una hija y estuvo en pajera 19 años. Durante la pandemia no lo ha pasado muy bien, pero ha llegado a un momento de “vivir al día”. Busca a una mujer activa, cariñosa y a la que le guste vivir la vida.

Miriam es administrativa, pero es el claro ejemplo de que las mujeres que ejercen esa profesión no son “sosas y aburridas”. Esta soltera es pura energía y diversión, no para de bailar, disfrazarse o hacer TikToks.

Durante su cena, Miriam le ha contado a Gabriel que hacía once meses que había roto una relación de siete años y que había necesitado tomarse un tiempo para ella. Él lo ha entendido, pero le ha confesado que su ex le decía que no tenía sentimientos porque tiene mucha capacidad para desconectar de las cosas que le hacen daño “si se acabó, se acabó”.

Miriam no quiere volver a tener miedo a ir sola

También han hablado de deporte y Miriam le ha contado que se acababa de apuntar a fujitsu y que estaba destrozada. Ella quería apuntarse a defensa personal femenina, pero no había y le dijeron que era algo parecido. La soltera está cansada de sentir miedo de ir sola por la calle por la noche o de madrugada, y quiere que eso cambie.

Miriam es una mujer a la que le gusta tenerlo todo controlado y eso puede asustar a los hombres, pero lo que quizás más ha podido asustar a Gabriel es saber que cena a las ocho de las tarde y que a las diez de la noche ya está metida en la cama. A él le parece un pecado levantarse un domingo a las once de la mañana, es un tipo que duerme muy poco, pero eso de irse a la cama a las diez…

Durante su ratito de intimidad en el reservado, Miriam y Gabriel han disfrutado de un rato muy divertido bailando cómo han podido porque él no es un experto bailarín. Él ha querido jugar a las bolas y Miriam se ha atrevido, pero le ha dejado claro que había cosas que no iba a hacer. “Un beso o un morreo”, es la tarjeta que les ha tocado y ante la que ella ha dicho un “no” rotundo.

A él le ha dicho que eran distintos, que él era muy racional y ella más sentimental, pero verdadero motivo que se escondía tras las calabazas de la administrativa era otro. A nosotros nos ha confesado que los hombres calvos no le gustan nada y Gabriel, pelo no tiene. Una pena porque él ya se veía aprendiendo bailes de salón.