Parecía que todo iba viento en popa entre Pablo y Marina. Su primera impresión ha sido muy buena y todo indicaba que podría haber un segundo encuentro entre ambos. Pero ha habido algo durante la cita que ha echado para atrás a Marina. Y es que la risa de Pablo no le ha gustado, no sabe por qué, “pero me ha generado rechazo”, ha asegurado.
Mientras que Pablo, un agente mobiliario de 51 años estaba encantado con su cita a ciegas, en un momento de la cena le ha confesado que nunca se podía haber imaginado cómo iba a ser Marina, “es que soy inimaginable”, le ha contestado ella. “Yo pensaba que iba a ser una chica simpática y guapa y bingo”, le ha confesado, y así ha sido.
Sin embargo, lo que él no se imaginaba era que había algo de él que había generado un poco de rechazo en Marina. Claro está que ella no ha querido tener un segundo encuentro con Pablo.