En ‘First Dates’ nunca sabes quién va a cruzar la puerta y se va a convertir, o no, en el amor de tu vida, pero hay mujeres que llegan con las ideas muy claras, los prejuicios en alto y no se lo ponen nada fácil a su cita para conseguir romper las corazas que ellas mismas o mismos se han fabricado. En este caso, hablamos de ellas y sus exigencias dentro y fuera de la cama.
Simpático, divertido, fiel, caballero, honesto, respetuoso… Hay un montón de requisitos que parece que todo el mundo debería tener pero que los solteros buscan como si fuera algo excepcional. Normalmente, todo pedimos algo similar, pero hay mujeres con las cosas muy claras y que piden casi imposibles. Y si no mirar lo que pide Teresa, algo que solo el 5% de los hombres españoles cumple.
Otras mujeres piden cosas más sencillas y que con una simple mirada puedes saber si se van a cumplir o no. Como es el caso de Iona, una joven que busca un chico de labios gruesos porque ya se sabe que “la gente con labios finitos no besa bien”.
Pero vayamos a lo importante. No son ni una ni dos las mujeres latinas que han venido a ‘First Dates’ a buscar el amor y nos han dejado claro que los españoles no les rinden cómo a ella les gustaría. “Se les va el área de cobertura”, “Se les va la fuerza por la boca”, “Son tacaños hasta en la cama”… Sí, nos ha visitado mujeres con el listón muy alto y las cosas muy claras.
Vayamos poco a poco. Tenemos el caso de Mulatti, una joven que tiene muy claro lo que busca y ya se ve con su propio Antonio Recio en calzones y con el tricornio puesto. Sí, Mulatti busca a su propio mayorista, un hombre que diga aquello de “Las mulatas son mi perdición”.
A Liz le da igual a qué se dedique y si son españoles o no, para ella además de la potencia, el tamaño es muy importante y busca a un hombre con medida “un 20 centímetros me va genial”.
Y ya que estamos hablando de medidas, recordemos la cita de Paula y Antonio. Una exuberante mujer que buscaba a un hombre que la siguiera el ritmo, pero que se encontró con Antonio, un hombre demasiado imaginativo que como la mayoría de los que ha conocido hasta el momento “Son muy bla, bla, bla y se les va el área de cobertura”.
Algo muy parecido a lo que le sucede a Erlis, un joven de sangre latina, que asegura ser ingobernable y no encontrar al hombre que le siga el ritmo en el terreno sexual. Menos mal que se encontró con David, un hombre que asegura ser “un macho cabrito, un macho español”.
Un tópico muy peligroso, igual que lo son todos los estereotipos y sino, que se lo digan a Adrián, que todavía está flipando con las frases sentenciaras de Idy. Por difícil que parezca de creer, su cita se convirtió en una situación surrealista en la que ella dejó bien claro que los españoles no eran feministas “eran tacaños” y aseguraban que los dos sexos eran iguales para no invitar a sus parejas.
No nos queremos imaginar si les llega a dar tiempo a hablar de sexo. Fue hablar de trabajo, dinero y feminismo, y ya saltaron chispas.