Anabel y Carlos han conectado nada más verse y su cita se ha convertido en un camino hacía el amor. Sin embargo, en el amor hay algún que otro bache y lidia ha conseguido que Carlos sudara la gota gorda con la proposición que le ha hecho.
Superado el tema de las cejas. Sí, Carlos es en lo primero que se fija de una chica y es bastante exigente. Los jóvenes han comenzado a hablar de gustos y aficiones. Anabel se ha llevado una grata alegría al saber que Carlos bailaba de todo y que incluso, lo debía de hacer muy bien porque ha afirmado un “ligo por como bailo”. Una información que ha llegado a oídos de Lidia y que no podía quedarse en nada.
Tras escuchar las palabras de Carlos, Lidia se ha dirigido a su mesa, ha pedido que sonara la música y a él que demostrara su arte en el mundo de la danza. Carlos ha flipado, no podía creer lo que estaba pasando y se ha hecho el remolón, pero no tenía escapatoria. ¡Qué vergüenza! Tenía que bailar delante de todo el mundo y encima una canción súper tecno que no le gustaba nada.
Carlos ha hecho lo que ha podido, pero luego a solas, le ha demostrado a Lidia y a Anabel que lo de mover la cadera no se le da nada mal y ellas le han dado un aprobado en baile. Esperemos que en la segunda cita de la pareja, se mueva un poquito más.