Andrés se sinceraba en plena cita con Juan y le contaba un trauma que le persigue desde que era pequeño: “Yo de chico tartamudeaba y los niños se reían mucho de mí, entonces lo sufrí más. Estuve yendo al psicólogo, me dijo que me iba a cambiar, y claro que ha cambiado, pero a mí personalmente no me gusta”.
Y aunque Juan intentaba quitarle hierro al asunto cambiando su voz y bromeando, no pudo evitar emocionarse: “Habla desde el corazón, no se le ve ninguna maldad, se ven cosas muy bonitas”.
“Si yo estoy hablando y hay alguien que se está riendo al lado, aunque sea de otra cosa, yo psicológicamente pienso que se está riendo de mí… y se me remueve todo otra vez al pasado”, continuaba contando Andrés.