Conchi despierta las dudas de Gabriel al explicarle cuáles son los dos tipos de miembros viriles: “Uno es de sangre y el otro de…”
Gabriel: “Me haces dudar, no sé si el mío es uno u otro, pero se pone duro”
Conchi odia la pasión de Gabriel: “Vais al gimnasio para haceros fotitos en el espejo”
A primera vista, Conchi ha tenido claro que el cuerpo de gimnasio de Gabriel no era el cuerpo del hombre que estaba buscando pero poco a poco la cita ha ido cogiendo temperatura y al hablar de sexo ambos han dudado. Ella de que Gabriel la pudiera gustar y él de que tipo de pene tenía, “¿De sangre o de carne?”
Conchi le había dejado descolocado al decirle claramente las razones por las que le daba repelús ir al gimnasio. Y es que aunque a él le pareciera estupendo hacerse fotitos en el espejo y gritar cuando levantaba más de 50 kilos de press banca, a ella le parecía algo patético. Sí, desde dentro no se ve, pero la gente que entra de primeras a una sala de máquina flipa con el postureo y el concierto de gemidos de los hombretones musculados.
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Si le había costado superar el primer golpe de Conchi, Gabriel se ha quedado todavía más de piedra cuando su cita le ha comenzado a explicar que más que el tamaño, a los penes los define de qué son. Según le ha contado una amiga, hay dos tipos de penes. Los penes de sangre que adquieren un gran tamaño y dureza en erección, mientras que los penes de carne serían miembros viriles más grandes de tamaño, pero menos duros y resistentes en el momento cumbre.
Gabriel se ha quedado perplejo ante tal explicación y ha tenido serias dudas sobre cuál era el tipo de pene que él tenía. Ambos han estado de acuerdo en que daba igual que fuera de uno u otro tipo, que lo importante era que estuviera duro y que se supiera manejar.