Brunella se ha presentado como una mujer que siempre tiene que ser la primera en todo, desde subirse a un avión a ser la número 1 del curso que esté haciendo. Según le ha contado a Carlos Sobera es natural de Florencia, pero lleva 30 años viviendo en Tenerife porque no le gusta la obsesión por aparentar de los italianos y en 'First Dates' se ha encontrado con uno.
Salvatore necesita que un físico encienda su fuego interior y al ver a Brunella ha tenido claro que “no es la mujer que yo estoy buscando”. Sin embargo, al ver Carlos Sobera les veía como una pareja muy bonita, ambos han intentado poner de su parte para cómo dice la canción “Volare”.
La cita de Salvatore y Brunella no ha comenzado nada bien y los dos han intentado conocerse pero si quitarse de la mente que él era italiano y ella no era la mujer joven que estaba buscando. Salvatore busca a una mujer humilde y ella a un hombre juvenil que no se gire cuando pase a su lado una mujer de veinte años.
Brunella se ha pasado toda la cita buscando el pero de su cita, pero no lo ha encontrado. Al saber que su último viaje fue a Cuba y que se enamoró de una chica de allí mucho más joven que él, ha querido saber si solo le gustaban las chicas de 20 o 30 años y él le ha explicado que no. “Busco a una mujer que me enamore, no me importa la edad”, le ha explicado.
Lo que parecía ser una cita imposible, se ha convertido en una cena llena de complicidad en la que ambos parecían haberse olvidado de sus peros y han jugado a seducirse hablando de noches de pasión y formas de conquistar. Brunella ha llegado a sentir que Salvatore podía ser el hombre adecuado para acompañarle en sus viajes y sus aventuras, y le ha dicho que sí a una segunda cita.
Salvatore por su parte, ha tenido claro que Brunella tenía todo lo que buscaba en una mujer, menos el físico que le gustaba. Ella se ha quedado un poco sorprendida y ha querido saber qué era lo que había fallado, pero no había más allá de una atracción física.