Una primera impresión puede marcar el resto de la cita y en el caso de Eloísa y Juan Carlos lo ha hecho, pero por culpa de una pregunta. Durante la cena, ella ha querido saber qué había pensado su cita al verla y a Juan Carlos le han entrado los sudores fríos.
La cita de Juan Carlos y Eloísa no parecía terminar de arrancar y en un intento de buscar algo más que les uniera además de las motos, Eloísa ha querido saber qué había pensado su cita al verla. Una pregunta que tan solo un segundo después de arrepentía de haber formulado.
Juan Carlos se ha quedado mudo porque no se atrevía a decirle a Eloísa que no era su prototipo de mujer y que la primera impresión no ha sido buena. Pero en lugar de mentir o intentar echar balones fuera, se ha puesto nervioso y con risa floja no paraba de repetir “¿Qué sea sincero?”.
A Eloísa no le ha gustado su reacción y ha tenido la sensación de que no le contestaba porque no le había gustado, pero al final ha conseguido una respuesta. Juan Carlos se ha atrevido a soltar un “¡Madre mía!” y entre risas le ha dicho que la ha visto como “una mujer de gran cilindrada” como su moto.