Paula ha dejado claro que ella hablaba de sexo con toda naturalidad y no solo lo ha dicho, lo ha demostrado. Se ha subido las bragas en mitad de la cita y ha sorprendido a Álex con un sensual baile que le ha hecho soltar un “finales felices no quiero”.
Paula está cansada de sentirse “una vagina con patas” y busca a un chico que la valore por lo que es y no por su físico. Pero tiene 18 años, le encanta el sexo, pasárselo bien y hablar sin importarle lo que piensen los demás. Durante su cita ha tenido varios comentarios que han conseguido que a Álex le salieran los colores, pero en el reservado ha conseguido que sintiera casi miedito.
Los jóvenes han jugado a las bolas del amor y Álex le ha dejado claro que le daba vergüenza darse un beso de película, pero sí se ha atrevido con el masaje en el cuello que le ha tocado dar a Paula. “Me llaman manos de oro porque juego muy bien al parchís”, ha asegurado Paula. El joven se ha tumbado en el sofá del reservado y ha flipado cuando Paula le ha dicho que le iba a hacer un baile muy sensual antes del masaje y él en tono de broma, le ha soltado un “finales felices no quiero”.
Paula ha sentido que Álex no era el chico que estaba buscando “Ningún chico va a poder ser igual que yo de cañero” y en la decisión final le ha dicho que era “Relajado, sereno, soso… Yo necesito esa chispa de ‘ven a mí’”.