Rosy, una técnica de educación infantil y camarera de Santander es la siguiente soltera que pasa por 'First Dates' para encontrar a su media naranja. Lleva casi seis años sin tener una pareja estable y, aun así, sigue creyendo en el amor para formar una familia y tener hijos.
Nada más entrar por la puerta del restaurante, Rosy sufre un ligero tropiezo, aunque Carlos Sobera consigue cogerla antes de que se acabara cayendo al suelo. Aunque no se haya llevado el golpe, a la soltera le dio mucha vergüenza. "La entrada triunfal ya la he hecho. Lo peor es que sabía que iba a pasar. Estaba predestinado que me iba a caer", cuenta entre risas la técnica de educación infantil y camarera al presentador.
Sergio, un vigilante de seguridad cántabro, será la cita de Rosy. Una persona a la que le gusta mucho disfrutar de la vida en todos los ámbitos. "Siempre busco el fin de ser feliz. Si hay gente que me pueda critica o no, si a mí me apetece hacer esto lo haré", cuenta a las cámaras de 'First Dates'.
"Muy guapa. Es una chica en la que si me fijaría en la calle.", cuenta muy orgulloso Sergio nada más ver a Rosy. Además, también cumple uno de los 'indispensables' para el soltero: que tenga pecho. "He estado con chicas que tienen poco pecho y era como que me faltaba algo. Iba por la calle como un camaleón con los ojos buscando escotes", cuenta a las cámaras de 'First Dates'. Por parte de la profesora, la cita que le ha tocado parece haberle gustado. "No me esperaba este prototipo. Físicamente está muy bien y es muy simpático.
Una vez empiezan a cenar, tanto Sergio como Rosy parecen fluir muy bien. Ambos se gustan y, aunque tengan gustos diferentes, se solapan muy bien. "Como soy profesora y yo, a día de hoy, no he sido madre, si que es un punto a favor que no lo sea. No ha sido un impedimento. Más bien, todo lo contrario", cuenta la soltera a las cámaras de 'First Dates'.
"La veo muy afín a mí en muchas cosas. Es espontánea, dice lo que piensa. Creo que en el tema sexual vamos a llevarnos muy bien", cuenta muy pícaro Sergio a las cámaras del programa. Incluso, el soltero cuenta una anécdota íntima a su cita y ambos se lo pasan en grande.
En cuanto terminan la cena, tanto Rosy como Sergio acuden a la sala de intimidad total para aumentar esa chispa de amor que ya había florecido entre ellos. De hecho, la situación pasa a estar más caliente cuando ambos deciden darse un beso que jamás olvidarían. Está claro que aquí hay mucho más que una simple atracción.
"Creo que sería un error no poderte conocer más", cuenta Sergio muy confiado sobre si tendría una segunda cita con la soltera. Rosy también estaría encantada de volverse a ver las caras con su cita.
En cuanto se van a ir los dos juntos, se plantan un maravilloso beso y se alejan cogidos de la mano.