Eduardo ha acudido a ‘First Dates’ acompañado por su guitarra, aunque tocarla no es su única afición. Hace escalada, le encanta montar en moto y otras muchas cosas… Y todo ello por algo que le ocurrió cuando era niño.
A los 12 años, sufrió un paro cardíaco y no pudo ser operado hasta los 30 años del corazón. Durante todo ese tiempo, no podía hacer nada y, por eso, cuando pasó por quirófano, se prometió que ya no diría a nada que no.
Como es un hombre muy activo, quiere encontrar a una mujer que lo acompañe en sus aventuras del día a día: “Me fijo en el físico, en que sea positiva alegre y que no diga a nada que no”, decía.
Sonia parecía cumplir todos esos requisitos y ha entrado pisando fuerte en el restaurante del amor. La sevillana ha confesado que le gusta cantar, que se considera “divertida” y busca a alguien que le dé “vidilla”.
Entre ellos ha habido química desde el primer momento y hasta han descubierto que son casi vecinos: “Mira que dije que me la buscaran cerquita y vivimos en la misma calle”, decía él. “Nos separa una rotonda”, apuntaba ella.
Durante la cita, han dejado claro que había mucha atracción y que compartían muchas aficiones. Es por ello que no han dudado en dar rienda suelta a su complicidad compartiendo una de sus aficiones: el flamenco.
Ambos se han arrancado a cantar con la guitarra de este y han protagonizado una escena de lo más animada. Después, ha llegado el momento de la decisión final y ha tenido lugar algo de lo más surrealista.
Antes de decir si decidían irse juntos o por separado, a ambos les ha dado un ataque de risa que no podían frenar. El uno contagiaba a la otra con sus carcajadas y viceversa, provocando un auténtico momentazo.