Fatema, de 29 años, camarera de hotel de Sevilla y Alejandro, que está opositando para Guardia Civil y trabaja como seguridad en una discoteca, se han conocido en ‘First Dates’ y han vivido una cita de lo más interesante, en la que han conectado desde el primer momento.
“Mi madre me ha criado en el mundo de la Semana Santa. Me definiría como una persona risueña, con don de gentes y sé que a veces son demasiado sincera, no tengo filtros” “El amor para mí ha sido de todo tipo, siempre me quedo con lo mejor, es muy bonito, me gusta ser pasional y compartir mucho con esa persona. Intento seguir con lo tradicional y con lo que es la religión, me gustaría casarme por la iglesia”.
Fatema, de padre senegalés y madre sevillana, antes de conocer a su cita podía compartir una conversación con nuestro camarero Matías en la barra. Ella se interesaba por si él había encontrado el amor. “Lo estoy buscando”, desvelaba Matías y ella no dudaba en decirle algo: “Lo tienes que ir a buscar en Sevilla”. Ella dejaba claro lo guapísimo que le parecía nuestro compañero y que “le había encantado”.
Tras esto, llegaba Alejandro para encontrarse con ella. “Físicamente me ha gustado”, aseguraba ella al verle y aquí empezaban a conocerse. “Cuidado, que es una conquistadora esta mujer, lo vas a ver”, le advertía Matías y esto generaba un divertido momento entre ellos en la barra: “Un superbrindis por ustedes”.
Ambos se contaban cómo es su día a día, sus aficiones y sus gustos. Lo que no se esperaban es que iban a coincidir tanto, y es que tienen claro que han podido coincidir en un sitio que frecuentan en la noche: “Nos hemos tenido que ver, nunca la he visto y eso que es difícil no verla”.
El tema del sexo también salía en la cita, algo en lo que también coincidían y que ponía nervioso a Alberto: “Con esto me ha entrado más calor”. Como también se confesaban que ambos quieren ser padres. “Es algo que me asusta, quiero ser madre aunque sea soltera y me ha gustado mucho”, confesaba Fatema y es que, le explicaba que incluso se estaba pensando ya hacerse inseminación artificial. “Espérate unos meses”, le decía este.
Cuando tenían un momento de intimidad en nuestro reservado del restaurante, cada vez se acercaban más y a la soltera le divertía mucho ver cómo él se ponía muy nervioso al estar tan cerca.
Cuando lanzaban el dado, tocaba darse un beso en los labios, algo que no dudaban. Tras este primer acercamiento entre ellos, ambos tenían que tomar la decisión final. “Tendría muchas citas con ella, me has encantado desde que te he visto. Tenemos muchas cosas pendientes y conocernos más”, decía él, algo en lo que coincidía ella: “Me has encantado y espero que me sigas trasmitiendo lo mismo que en la cita”. Y, entre besos, abandonaban juntos el restaurante.