La cita de David y Yoany en ‘First Dates’ ha comenzado con mucha espiritualidad y con una paz que ha tardado muy poquito en acabarse. La soltera se ha aburrido soberamente cuando David le ha hablado de meditación, la Biblia y su pasión por el deporte, ha dudado de que fuera un tipo sexual “Quién lo diría” y casi sale corriendo al saber que no trabajaba y vivía con sus padres.
Yoany es una soltera de 46 años que se define como “sensual y pasional”. Carlos Sobera ha querido saber por qué le habían dicho que también era una mujer mística y ella le ha contado que hacía unos años que había comenzado a realizar rituales Hoʻoponopono, un ritual hawaiano que le ha venido genial para tranquilizar y canalizar sus emociones. Se ha casado dos veces por lo civil y le encantaría casarse una tercera vez por un ritual exótico o por la iglesia.
Le gustan los chicos atractivos “que me impongan”, pero que al mismo tiempo sean buenas personas, buena gente.
David, su cita, tiene claro que la felicidad y el éxito residen en tener paz mental, tranquilidad y ser buena persona. Al verla a Carlos Sobera, le ha dado recuerdos de su padre, que no se pierden sus programas. Al verle, Yoany ha sentido que era un tipo atractivo, pero le ha notado muy frío con ella “ha saludado a Carlos, luego a Matías y por último a mí, todo muy frío”.
El soltero le ha dicho a Carlos Sobera que sí conocía el ritual Ho´oponoopono y han coincidido en que ella es de Canarias y él está enamorado de las islas “mi exmujer es de allí y mi hijo también vive allí”.
En la mesa, David se ha interesado por el tema de los rituales y por la profesión de su cita. Yoany le ha contado que era enfermera y que buscaba una forma de vida estable y tranquilidad. David le ha explicado que él también meditaba, que estaba muy centrado en el gimnasio y en una alimentación saludable “soy muy cuadriculado”.
A Yoany no le ha gustado mucho que fuera una persona cerrada en ciertos temas, pero ha querido saber más. Sin embargo, él ha centrado la conversación en la meditación, en la lectura de la Biblia y en temas que a la soltera le estaban parecido muy aburridos. David no trabajaba “vivíamos del sueldo de mi mujer y ahora llevo tres semanas en Madrid y he vuelto a vivir con mis padres”. La soltera ha alucinado y ha sentido que ella no estaba para mantener a nadie.
David le ha dicho que a él le gustaba mucho él sexo y ella le ha soltado un “Quién lo diría, con la charla espiritual que me has metido…”. El soltero se ha molestado porque una cosa no tiene que ver con la otra. También han hablado de tatuajes y de romanticismo, pero a David no le ha gustado la estética de Yoany “me parece maja, guapilla, pero no es lo que me gusta, es muy exuberante”.
Al hablar de relaciones, Yoany le ha confesado que estaba buscando a un compañero de viaje y él ha sentido que iba dos pasos por delante de ella. David ya ha vivido experiencias y ahora está buscando tranquilidad. El soltero no ha encontrado en Yoany a la mujer que estaba buscando y aunque ella le ha dicho que le había parecido un tipo interesante, y que le conocería un poco más, él le ha dejado claro que no repetiría la experiencia.