Además de celebrar el Día Internacional del Austimo 2024, ‘First Dates’ se ha convertido una noche más en el escenario ideal para que solteros con ganas de enamorarse se conocieran. Maite tiene 84 años y ha venido con su nieta, Noe, quién asegura que es muy importante que su cita “tenga dinerito”.
El día que su marido se fue de casa, algo se liberó en el pecho de Maite, una abuela que ha venido a ‘First Dates’ con su nieta, con quién vive, a quién le cuenta todo y a quién ha querido castigar por haberla apuntado al programa. Noe le ha contado a Carlos Sobera que sentía que su abuela estaba abierta al amor, que era una mujer “muy moderna y liberal, si se tiene que poner un top con brillantitos lo pone”.
Cuando el presentador le ha preguntado cómo sería el hombre perfecto para su abuela, Noe lo ha tenido clarísimo “que tenga dinerito”. Maite se ha ruborizado y le ha dicho que eso no era lo más importante, pero su nieta ha tenido claro que era algo importante. También le gustaría que fuera “guapetón y que tuviera pelo”. La soltera por su parte, le ha explicado que no le gustaban los hombres obesos porque eso le dice que es una persona apática y que a ella le gustaban los hombres que hacían ejercicio y van al teatro.
Ramón, su cita, está hecho un chaval a los 88 años “para mi no ha corrido el tiempo todavía”. Le gusta jugar al guiñote, al dominó y estar muy activo durante todo el día. Al verle, Maite ha sentido que Ramón era muy poquita cosa “dije que quería una persona delgada, no consumida. Este señor me queda pequeño”. Al soltero no le ha gustado nada la dentadura de Maite “Tiene los dientes como podridos por dentro y eso a mí me afecta”.
La cena ha comenzado hablando de sus historias de vida y Ramón le ha dicho que hace seis años que se quedó viudo. Maite es de Barcelona de toda la vida, pero hace unos años que decidió irse a un pueblecito al lado del mar. La soltera ha intentado ser educada y se ha interesado por las aficiones de Ramón, pero tenía la sensación de que ella no se veía con un tipo tan delgado como él “te da penita, tiene pinta de pasar hambre”.
Ramón le ha contado que hacía muchas sopas de letras para ejercitar la memoria y ha alucinado al saber que su cita era cuatro años más joven que él “parece mía abuela, está llena de arrugas y con esos dientes negros, llenos de sarro”.
El soltero le ha contado que de joven trabajaba en el campo y han hablado de lo duro que era esa vida. Maite le ha contado que hacía unos meses que le había atropellado un coche justo después de que se murieran dos de sus mejores amigos. A Ramón le ha parecido fatal que le hablara de la muerte y ha sentido que estaba ya para que la llevaran de la mano.
Antes de acabar la cena, Maite ha querido saber si Ramón quería verla otro día e ir al cine juntos y él le ha dicho que sí, pero en realidad nos ha dicho que no va al cine porque cuando lleva una hora se queda dormido.
En el momento de la decisión final, los dos han dicho que no querían volver a tener una cita romántica y Maite le ha invitado a que fuera sincero y le dijera que no le había gustado “no puedo gustar a todo el mundo, sé que soy una vieja y un adefesio”. Ramón le ha dicho que no era para tanto, pero que él se veía más fuerte y ágil que ella, algo que la soltera se ha tomado con humor.