Iván tiene un aspecto muy juvenil porque está rodeado de gente joven. Es dibujante de cómic y tiene su propia escuela. Está buscando a “una chica de serie B, la protagonista de una peli de ciencia ficción…” y le ha pedido a Laura Boado un papel y un boli para dibujársela. Siente que la mujer que le puede enamorar tiene que tener “un corazón enorme y un intelecto así de grande”.
Maritza, su cita, tiene un magazine cultural de radio diario para la comunidad latina e intenta que la gente comience el día con buena vibra. Le ha gustado mucho el dibujo que Iván le había dejado de pista y él, al verla, ha visto a una protagonista de serie B “es una mujer atractiva”.
La cena ha comenzado hablando de sus lugares de origen e Iván le ha contado que tenía una escuela en Burgos, pero que había hecho muchas cosas “he hecho hasta radio”. A Maritza le ha gustado mucho que coincidieran en el tema de la radio y le ha contado que ella era un poco hombre para el arte y la combinación de colores. Justo lo contrario que él “mis amigas me dicen que parezco una mujer y lesbiana”.
En el tema de las relaciones, Iván le ha contado que había estado 8 años con una chica 20 años más joven que él y Maritza ha tenido la sensación de que era una persona muy inmadura. Iván necesita una relación que le permita tener su tiempo porque siente que está un poco cerrado al amor, algo con lo que ella ha bromeado “a qué edad te piensas abrir, ¿A los 53?”.
Hablando de sexo, Iván se ha definido como un tipo pasivo en la cama “me gusta que me den placer” y a Maritza no le ha gustado demasiado “el hombre tiene que ejercer su papel”. No saben si dónde hay pelo hay alegría, pero a ella le gustan los hombres de pelo en pecho y que lleven las riendas de la relación, e Iván es más de echarse cremitas.
Ninguno quiere repetir la experiencia porque ella busca a alguien con más seguridad y él ha sentido que Maritza le iba poniendo barreras según iba conociendo detalles de su personalidad.