Eddie siente que la canción que más le representa es el ‘Marinero de luces’ de Isabel Pantoja. Le ha contado a Carlos Sobera que el 80% de su vida lo ha dedicado a Dios, ha cantado en el coro de la iglesia y ha sido catequista. Su sueño era ser sacerdote, pero hace dos años fue expulsado de la iglesia por su condición sexual. No es virgen, pero nunca ha tenido pareja. Le gustaría compartir con su cita los viajes, la historia y muchas obras de teatro.
Adrián, su cita, dice las cosas tal y como son “no me escondo, soy virgen”. Al verle, Eddie ha tenido claro que ese chico no era para él “no me ha gustado absolutamente nada”. Un sentimiento que ha sido correspondido “un chico del montón, pero no es lo que yo busco”. Han comenzado a conocerse hablando de sus puestos de trabajo, pero sin ninguna ilusión.
Eddie ha comenzado la cena preguntándole a Adrián por su vida religiosa y él le ha dicho que estaba bautizado, pero que era algo que le era indiferente. El soltero le ha contado que quería ser sacerdote y que tenía una vida religiosa muy activa. Adrián se ha interesado más por el tema amoroso y han coincidido en que ninguno de los dos había tenido pareja, pero Eddie ha sentido que Adrián era un tipo celoso y posesivo porque no tendría una pareja cerrada “lo me gusta compartir lo que es mío”.
A Adrián tampoco le gusta ni el arte ni la historia y Eddie lo ha tenido clarísimo “es inculto”. Él es más de monumentos “de ver el acueducto de Segovia o alguna catedral”. Siguiendo con el tema de las aficiones, han hablado de salir de fiesta y Eddie le ha contado que su único amigo le decía que tenía dos personalidades “cuando voy pedo me creo que soy una folclórica”.
Jugando al Rasca del Amor, Eddie no se ha cortado un pelo y le ha dicho que cambiaría algo de su forma de vestir “te veo muy básico”. A Adrián le ha sentado fatal el comentario de su cita y le ha dicho que él también le cambiaría los pantalones y el peinado “es un personaje, me parece un cuadro, la verdad”. Siendo con el ataque de sinceridad, Eddie le ha dicho que tampoco le gustaba que no supiera nada de historia y Adrián que el tema de la religión también le había chocado un poco.
En la decisión final, los dos han tenido claro que no tenían nada en común, que no se habían gustado y que no eran en absoluto lo que estaban buscando.