Carlos es un tipo que no necesita grandes lujos para ser feliz “me gusta disfrutar de las pequeñas cosas”. Trabaja en una fábrica de motores eléctricos y tiene dos hijos. Siente que en su vida lo ha dado todo y no ha sido correspondido, pero está convencido de que ha hecho las cosas bien. Las mujeres le gustan sencillas, como todo en la vida.
María, su cita, ha entrado en ‘First Dates’ casi derrapando y nos ha confesado que se siente un poquito diferente a los demás “igual fui madre demasiado joven”. Al ver a Carlos no le ha encajado y aunque él ha comenzado la cita con muchas ganas e interesándose por ella, María no lo ha hecho con la misma intensidad.
La cena ha comenzado hablando de la pasión que María siente por la cocina. Le encanta tanto cocinar como comer, pero las recetas que le ha dado Carlos no le han convencido. El soltero le ha dicho que él hace las tartas de cumpleaños a sus hijos y que entre sus especialidades está el bacalao y la tortilla de patata en versión plus “con sobrasada y provolone, con pesto…”.
Para María, el sexo tiene que ser apasionado y Carlos ha sentido que en ese punto podían tener una conexión bastante interesante. A ella le gusta “la pasión y el desenfreno” y ha tenido la sensación de que Carlos no era un tipo muy fogoso “creo que este chico le falta el hacerte sentir mujer”. Le ha notado un poco parado, pero él le ha explicado que era un tipo prudente, hasta que dejaba de serlo.
A María no le ha convencido nada de lo que su cita le estaba contando, ha pensado que sexualmente solo hacía “la estrellita de mar” e incluso, ha llegado a asegurar que no le había dado ninguna sensación “sensación de muerte en vida, que el espíritu no estaba, algo le pasa…como cuando te has muerto”.
Carlos no se ha percatado de la opinión de María, la ha invitado a cenar y le ha dicho que sí a una segunda cita. Sin embargo, ella le ha dicho que le faltaba chispa y que no sabía disfrutar del momento, y que eso de hacerlo con las luces apagadas, no iba con ella.