Simone es americana, pero se siente una mujer de mundo. Es originaria de Pensilvania, pero lleva desde 2017 viviendo en Sevilla. Vino a estudiar, pero se enamoró de un sevillano y se quedó. Tiene ganas de una relación sana, pero está convencida de que eso tiene que surgir.
Jorge, su cita, se siente un ‘viejoven’ al que le gusta cuidarse. Al verle, Simone ha exclamado un “Wow, esto no va a ser una perdida de tiempo”. El soltero vive cerquita de Sevilla, pero ha vivido en muchos sitios y le ha demostrado que decía algunas palabritas en portugués.
Mientras esperaban la cena, Simone ha querido saber si su cita era vegetariano y él le ha hablado de su respeto al medio ambiente y como le habían criado en la naturaleza. Ella también fue un tiempo vegetariana y ha sentido que tenían bastantes cosas en común porque también practicaba deporte.
En el tema del amor, Simone le ha contado que se había vuelto desconfiada porque no lo había pasado bien, pero le ha tranquilizado saber que Jorge era celo celoso “nadie se va con la puerta abierta”. Respecto a sus creencias, Simone le ha contado que era atea y le ha explicado como su hermana salió llorando de la iglesia porque el cura le dijo que iba a ir al infierno por ser homosexual.
Jorge no tenía ninguna expectativa sobre su cita, pero le ha gustado mucho conocer a Simone y la sensación ha sido correspondida. Los solteros se han gustado, se han besado en la mejilla y no han dudado en abrazarse una y otra vez.
Simone estaba encantada de haber conocido a Jorge y ha querido celebrar su encuentro a la americana. Le ha regalado una toalla de The terrible towel de Pittsburch y le ha enseñado a moverla como se hace en las grandes ocasiones.