Nykos se ha presentado como un tipo súper tímido, que en su trabajo es una auténtica máquina. Es profesor de danza y ha viajado por todo el mundo, y habla cinco idiomas. Le gustan las personas naturales “que no sean de plástico” y que sean cosmopolitas con proyectos.
Javier, su cita, es un tipo muy intenso y apasionado de hecho, al ver a Nykos ha sentido ganas de darle un beso “me lo comía”. Han comenzado la cita hablando de sus lugares de origen y han coincidido en que ambos viven en Barcelona, pero que son de orígenes latinos.
Los solteros han comenzado la cena hablando de su afición por viajar y de música. Han coincidido en bastantes cosas y eso es algo muy complicado, y aunque a Javier no le apasiona el jazz, ya se ha visualizado “follando con jazz de fondo, no hay problema”.
Nykos solo bebe en alcohol en ocasiones especiales y es más de champán que de tequilas, algo que a Javier le ha sorprendido porque para él, el tequila es sagrado “fundamental antes, durante y después del sexo”.
Al hablar de sexo y de fantasías sexuales, Nykos le ha contado lo que le sucedió una vez en un avión con un azafato que no dejaba de mirarle. Javier se ha venido arriba y ha querido saber todos los detalles porque su fetiche sexual son los aviones y no ha podido evitar excitarse al saber que su cita se estaba tocando en el asiento a miles de metros de altura.
La historia no tenía el final esperado, igual que la cita de Javier y Nykos. Javier estaba deseando llegar a más con el bailarín porque le había encantado, pero él le ha dicho que no había sentido la atracción que necesitaba para algo más.