Mario se ha presentado como un tipo camaleónico “estoy en todas las aguas” y nos ha contado que tiene muchas aficiones frikis. Es peluquero, pero los últimos años ha trabajado de socorrista y también de camarero. Hace un par de años que está soltero, pero siente que tiene un muro que no le deja avanzar. Le vale con una chica que sea alegre y sobre todo, que no sea feminista.
Ana, su cita, hace seis años que no tiene una cita porque no quería saber nada de los hombres “vetados, todos”. Ella es la chica friki, gamer y a la que le gustan los coches que todo el mundo busca. Al verla, Mario ha sentido que no era del todo su tipo, pero ella sí ha visto a un chico que le gustaba “es guapete, tiene una sonrisa bonita”.
En cuando han comenzado a hablar de anime, la cosa ha comenzado a fluir entre los solteros y Ana ha tenido la sensación de que podrían estar horas y horas, y no se cansarían. Pero también ha querido saber más cosas de Mario. Él le ha contado que había planeado venir con un amigo a una cita doble, pero que no había podido ser y ella le ha confesado que hubiera sido guay, y que lo mismo no estaba tan nerviosa como estaba “llevo seis años sin tener una cita”.
A Mario le han parecido mucho los seis años que Ana llevaba sola, pero en realidad, él lleva más de dos sin tener sexo y han tenido claro que cuando menos tienes, menos quieres. Cuando les han traído el tataki de atún, Ana le ha pedido a Mario que lo probara él primero porque le daba miedo que picara y se ha lanzado a la piscina. El soltero le ha confirmado que no picaba, pero no le ha gustado nada y a ella le ha entrado un ataque de risa de la cara que estaba poniendo “cuidado, soy de aspersor fácil”.
En el tema sentimental ha querido saber por qué Mario estaba sin pareja y él la he contado que tuvo una relación de casi 5 años y que se tuvo que acostumbrar al tema de los cuernos. Por su parte, Ana le ha dicho que sentía que no gustaba a los chicos por su físico “me han llegado a decir ‘si fueras delgada, serías perfecta” y le ha confesado que nunca le habían dicho “Te quiero”.
En el fotomatón, Ana se ha puesto más nerviosa todavía y le han salido los colores de golpe cuando Mario la ha besado por sorpresa. Ella estaba feliz y se ha dado cuenta de que era algo correspondido. Más allá de pensar que era un friki, el soltero ha disfrutado de una cita muy divertida y ha tenido ganas de repetir “mi primer beso en seis años, no ha estado mal”.