En su DNI pone Xavier, pero él siente que es un nombre de persona mayor y siempre ha sido Xavi. En el amor no ha tenido la suerte que esperaba y cree que es porque es muy bueno. Se define friki del cine y las series, y hace colección de Funkos.
Irene, su cita, se define como “una cateta en Beverly Hills, voy de piji, pero el barrio lo tengo dentro. Me ha venido a Madrid y llevo dos noches sin dormir”. En el amor le ha ido muy mal. Al verla, Xavi ha visto a una chica que le gustaba y rápidamente ha comenzado a hacerle preguntas. Ella ha sido peluquera y le han llamado la atención las mechas del soltero “le haría un pequeño retoque, pero lo demás, todo bien”.
Los solteros han comenzado la cena hablando de amor y a Irene le ha parecido muy sospechoso que su cita no hubiera tenido pareja “igual le huelen los pies o tiene algún otro problema en la intimidad”. Ella hace tres años que no tiene pareja, pero solo tres meses que no tiene relaciones “hace tres meses toqué varón y yo cada vez que follo me enamoro, y luego depresión”. La soltera asegura que intentó resistirse, pero que “me hizo la envolvente, tararí que te vi a la luz de la luna y luego, si te he visto no me acuerdo”.
Xavi le ha pedido a su cita que no se asustara porque era diabético y tenía que me ponerse la medicación. Ella ha alucinado al ver lo rápido que lo ha hecho “la inteligencia artificial, nena”. Irene vive sola y ha sentido que Xavi era un poco parado y que ya no tenía edad para vivir con sus padres.
Al hablar de cine, los dos han coincidido en su espíritu friki, pero a ella no le ha gustado nada que a Xavi no le gustara leer. Ella siente que ha viajado mucho más con la lectura que en realidad y le ha confesado que solo había ido a Menorca. Él ha viajado mucho, pero Irene ha tenido claro que él estaría muy viajado, pero ella tenía mucha más calle y no le ha gustado nada que fuera de sabiondo en el tema viajes “yo soy pobre de barrio, he tenido que estar pagando los brackets tres años”.
Xavi le ha advertido a Irene de que le había gustado su físico, pero que otra cosa era la personalidad. De hecho, al ver que no la invitaba a cenar “es muy caballero, te deja pasar, te coge el bolso, pero la cena te la pagas tú”, parecía que iban a ser unas calabazas mutuas, pero no. Xavi le ha dicho que sí la quería conocer un poquito mejor y ella le ha confesado que le había faltado chispa “igual yo voy pasada de adrenalina”.