Carlos Sobera vacila a un soltero al que llaman Tino Casal en ‘First Dates’: “Se llama Eloise”
María encuentra en ‘First Dates’ al hombre que buscaba: “Desde jovencita me han gustado los calvos con perilla”
Juan tiene un único tabú sexual: “Hay una zona en la que no dejo que me toquen”
Hace unos años a Juan le dijeron que se parecía a Tino Casal y ya se quedó con Tino. Está prejubilado con 60 años, pero al mirarse al espejo ve a un hombre de 20 años. Le gustaría encontrar a una mujer con la que compartir el resto de su vida. Carlos Sobera le ha dicho que su cita se llamaba Eloise y ha alucinado, pero no era cierto “te has quedado conmigo”.
Su cita es María, una mujer que un día decidió que quería ser “una vieja con moto” y se compró una sin saber utilizarla. A Tino le ha gustado mucho María “su rollito, su estilo juvenil…”, un sentimiento correspondido “los calvos con perilla siempre me han gustado mucho”. Además, nada más comenzar a conocerse, han descubierto que viven muy cerquita y que tienen más o menos la misma edad.
Juan y María saben muy bien como disfrutar de la vida y están en el mejor momento de la vida para hacerlo. La cena ha comenzado con ella fijándose en los tatuajes de Tino y han descubierto cómo son según sus signos zodiacales. Él es lunático y ella asegura que es Piscis y está “muy loquita”.
Juan ha querido saber por dónde salía María y al saber que no salía, han comenzado a hacer planes para ir juntos a algún concierto. De hecho, ella le ha dicho que podían ir juntos a un tributo de Fito y Fitipaldis saliera bien la cita o no.
María le ha confesado a Juan que desde muy joven siempre le han gustado los calvos y él se ha puesto contento “cuando pruebes un calvo, no vas a querer a uno con pelo”. En el tema sexual, Juan se ha mostrado un poco reservado y le ha dicho que solo había un sitio en el que no le gustaba que le tocaran. Algo que a ella le ha sorprendido porque no se imaginaba que un tipo moderno y tatuado pudiera ser un poco cerrado de mente.
En el reservado, los solteros se han acercado y les ha encantado la sensación que han tenido al abrazarse. Han jugado a seducirse y él le ha dicho que lo que más le gustaba de ella eran sus ojos, mirándole al escote. Han llegado los besos y estaba claro que su segunda cita tenía fecha y hora “quedamos mañana para desayunar y vamos viendo”.