Manuela, al ver a su cita en ‘First Dates’: “Adiós, muy buenas”
Manuela esperaba a un “empotrador malote” y a Clemente le gusta tener sexo con un vals de Strauss de fondo
Clemente y el sexo: “No es que sea clásico, pero ya no estamos para ciertas posturas”
Manuela se viste resaltando su ‘pechonalidad’ “hay que resaltar lo bueno que tengo”. Lleva 7 años soltera y nos ha contado que su última pareja le puso los cuernos “le puse los cuatro trapos en la puerta”. Le ha contado a Carlos Sobera que es una mujer muy sexual “soy multiorgásmica y en una relación tengo tres o cuatro orgasmos seguidos”. Le gustan los hombres más jóvenes que ella y si pueden ser de 40 o 50 mejor “tienen más potencia”.
Clemente, su cita, es un tipo tranquilo que se puede volver loco como un hecho aislado, pero no de forma permanente. Solo ha tenido tres relaciones y tiene 66 años, dato que el presentador le ha recomendado que no mencionara.
Al girarse y verle, Manuela ha exclamado un “adiós, muy buenas. Calvo, con gafas y más bajo que yo”. Clemente ha comenzado la cita con ganas y ha querido saber de dónde era Manuela, si era soltera o divorciada…
Manuela le ha contado que su matrimonio se rompió porque su marido dejó de atenderle sexual y emocionalmente “estaba todo el rato viendo deportes en el sofá y yo era su criada”. También le ha contado que era óptica optometrista, que le gustaba el senderismo y que se había apuntado a clases de salsa. Algo que a Clemente no le ha convencido “yo soy más de clásico”.
En el tema sexual, Clemente le ha dejado claro que él eso de muchos en una noche, no, que con uno bien hecho es más que suficiente. Ella busca a un tipo “malote, empotrador, otro tipo”. En el tema de las posturas, Clemente le ha dicho que ya no tenían edad para posturas raras “digamos que soy clásico y lo que se pueda, sin forzar” y que le gustaba “poner un vals de Strauss”. Algo que a Manuel también le ha horrorizado “lo que me faltaba, que me ponga un vals”.
A la soltera le gusta “a cuatro” y no sabemos si a oscuras o no porque le ha respondido con un “muy bien”, cuando Clemente le ha dicho que él no necesitaba luz.
En el reservado podría haber saltado la chispa, pero Clemente le ha dicho que él no daba besos hasta la cuarta o quinta cita y ella ha tenido la sensación de que aun estaría viviendo con sus padres. La verdadera razón, que Clemente no había sentido nada especial por Manuela y viceversa. Él se ha conformado con decirle que no había congeniado, pero ella le ha dicho que esperaba otro físico y un hombre sexualmente mucho más activo.