A Conchi le pierde un karaoke y le gusta mucho bailar. Según le ha contado a Carlos Sobera ha tenido cuatro relaciones serias, pero nunca ha elegido, se ha dejado enamorar y no ha buscado lo que ella quería. Le gustan los hombres altos y sobre todo, que no sean celosos porque ella es muy extrovertida y tiene muchos amigos, pero sobre todo, que sea alegre y que comparta mi alegría.
A Luis, su cita, le gusta la música, le gusta bailar y es un tipo alegre. Al verle, Conchi ha visto a un tipo que no le desagradaba y que era muy alto. Rápidamente, han comenzado a charlar de sus lugares de origen, sus trabajos y sus hijos.
Los solteros han comenzado la cena hablando de la afición de él a la cocina y Conchi ha alucinado al saber que cuando hacía cocido le ponía un kilo de garbanzos. Luis también le ha contado que le gustaba hacer deporte y la siesta. Ella no es muy de siesta y menos de tener sexo en la siesta, pero no le importaría. Eso sí, Conchi ha sentido que Luis era muy activo sexualmente y que ella no lo era.
Conchi le ha confesado a su cita que le gustaba salir con sus amigos los fines de semana y que era un poco “rata de karaoke”, y a Luis le ha parecido estupendo porque él no entona nada mal y una bachata también se baila.
Todo iba fenomenal, pero al saber que Luis llevaba soltero solo dos semanas y que buscaba a una mujer con la que irse a vivir a Valencia, a Conchi han comenzado a entrarle las dudas porque ella lleva ocho años soltera y es más de montaña.
Sin embargo, y tras mucho sopesar los pros y los contras, le ha dicho que sí a una segunda cita para valorar si las cosillas que le han hecho dudar se pueden superar.