Victoria es consciente de que es muy guapa y está muy acostumbrada a que todos los hombres la miren. Es de Portugal, pero lleva dos años en España estudiando para ser piloto de avión. Busca a un hombre muy inteligente, que la trate bien y sobre todo, que trate muy bien a todo el mundo. Tiene una visión muy clásica de las relaciones y busca a un hombre que la cuide y tome decisiones por ella.
A Kennedy, su cita, le pusieron el nombre por el presidente de los Estados Unidos y lo mínimo que espera es llegar a ser algún día presidente. Es brasileño y al ver a Victoria ha visto a su sueño hecho realidad. A la soltera le ha gustado mucho que Kennedy fuera brasileño porque se siente muy cómoda con la gente que habla su idioma. La cita ha comenzado con ganas.
Mientras comenzaban a cenar, Victoria ha querido saber por qué vino a España su cita y Kennedy le ha contado que su abuela es española, que vino de vacaciones y que se enamoró del país. Al saber que ella estudia para ser piloto, el soltero ya se ha visto viajando con ella por todo el mundo “si ella es mi piloto, yo voy al fin del mundo”. Además, le ha dicho que él era informático y que podía teletrabajar.
Kennedy ha querido que le gustaba a Victoria de un hombre y ella le ha explicado que le gustaba que fuera un hombre y que tomara las decisiones “me saque a cenar, tome las decisiones, me regale flores…”. Él ha sentido que Victoria tenía que ser trataba como una reina y le ha contado que para él es muy importante la sinceridad y una bonita sonrisa, algo que ella tiene y que no ha parado de mirarse durante toda la cita.
La soltera se ha sentado a cenar en ‘First Dates’ con un espejito de mano para ir comprobando a cada rato que su sonrisa seguía perfecta. Se ha puesto un poco tímida cuando Kennedy ha comenzado a piropearla, pero estaba encantada de que le dijera cosas bonitas.
Victoria ha continuado toda la cita mirándose los dientes con su espejito y aunque no ha sido sincera con Kennedy respecto a cómo le gustaban los chicos físicamente, a nosotros sí nos ha dicho que le gustaban “todo lo opuesto a él, rubios, altos, ojos azules, el típico guiri”. Algo que le ha llevado a darle calabazas y decirle que tenía que seguir buscando.