La pasión de Olga es el desarrollo personal, la espiritualidad, conocerse a uno mismo, con los demás… Se define como una mujer valiente y segura de sí misma. Cree en las energías y en las casualidades que no existen. En el tema relaciones, no ha tenido muchas experiencias y cree que nunca se ha enamorado.
Ricky, su cita, cree también en las energías de la gente y sobre todo, apuesta por el positivismo. Al verle, Olga ha querido darle una oportunidad, pero no le ha gustado nada. Han comenzado la cita hablando de sus lugares de origen y sus trabajos.
La cena ha comenzado hablando de amor y Ricky le ha contado que llevaba solo cuatro meses, pero que estaba preparadísimo y que estaba buscando a alguien que le hiciera sentir mariposas. Olga no quería juzgar a nadie, pero ha tenido claro que lo que debería hacer en este momento es conocerse a sí mismo.
Ricky ha querido saber si su cita tocaba algún instrumento y le ha contado que él toca la gaita y que es un sonido celestial. Ella por supuesto, se ha reído y le ha dicho que a ella no le parecía que una gaita sonara como los ángeles “es un sonido estridente”. Eso sí, han coincidido en que a los dos les gusta mucho la naturaleza y hacer senderismo.
Al hablar de energías, parecía que los dos habían encontrado su punto de conexión, pero Ricky ha tenido la sensación de que Olga de espiritual y energética tenía muy poco “no creo que sea una persona positiva y está pensado todo el rato en ella”. Pero como una muy le ha dicho, había que ser positivos y quedarse con lo bueno de la vida.
Y eso es lo que han hecho, Olga y Ricky se han dado calabazas mutuas porque no han sentido la energía que esperaban sentir “somos dos polos opuestos”.