Andrea es enfermera y asegura que le encanta su profesión “me encanta ayudar a la gente”. Tiene una afición muy curiosa y es que hace “abalorios y joyas con sangre” y ha dejado a Carlos Sobera y a Matías perplejos al enseñarles algunas de sus piezas. Antes de que sacara una pieza que había traído en un saquito, Sobera se ha dado cuenta de que los pendientes que llevaba contenían su sangre y casi se cae redondo “soy un poquito aprensivo, soy de los que se desmayan cuando le sacan sangre”.
Andrea ha bromeado con el presentador y le ha dicho que pensara que era pintura, pero él no tenía muy buen cuerpo. Ella siente que es algo muy personal y único, y la gente suele aceptar que les haga una extracción de sangre para hacerles un colgante o unos pendientes. El presentador estaba mareado y ha pedido a sus compañeras que acompañaran a Andrea a la mesa mientras él se quedaba sentadito esperando a su cita.
Miguel, su cita, asegura que la gente por la calle le mira feo y no le da la oportunidad de conocerle. Al saludarle, Carlos Sobera ha querido saber qué le pasaba en los ojos “¿Te has puesto unas lentillas especiales?” y él le ha dicho que no “Los tengo tatuados, mira”. El presentador se ha echado las manos a la cabeza y ha exclamado un “La madre que me parió, yo me voy de aquí hoy”.
El presentador le ha entregado la joya que Andrea había dejado para él y Miguel ha tenido claro que era sangre. No le ha dado buen rollo la posibilidad de que le quisiera chupar la sangre, pero al saber que solo se la extraía para hacer la joya, le ha despertado la curiosidad “un rarito para una rarita”.
Con mucho cuidado y el cuerpo descompuesto, Carlos Sobera les ha presentado y antes de que ella le dijera nada, le ha soltado un “sí, lleva los ojos tatuados, pero ve”.
Como no podía ser de otra forma, los solteros han comenzado la cita hablando de sangre y Andrea le ha contado que había sacado sangre a casi todos sus amigos. Ella ha querido saber que otras modificaciones corporales se había realizado además de los ojos, y Miguel le ha enseñado su lengua y sus orejas. Los ojos, asegura que no le dolieron demasiado, pero que lo peor para él fue la lengua “tarda una semana y pierdes peso, yo perdí 7 kilos”. A Andrea no le gusta demasiado la estética de su cita, pero prefiere a una persona alternativa que estar comiendo con un maniquí.
En el tema sentimental, Andrea le ha dicho que todos los hombres que ha conocido le han traído problemas “problemas económicos, problemas con la ley, una vez un chico me robó el coche…”. Miguel ha flipado porque él es un buen chico que ha ido a los colegios más caros de su ciudad aunque tenga aspecto de malote. Su última relación duró diez años y llegaron a ser matrimonio, pero ella sintió la llamada de ser madre y él ya se había hecho la vasectomía.
Miguel no descarta ser padre y adoptar a un niño si en algún momento le sale, él es adoptado y la necesidad de que tu hijo sea de tu sangre le parece “una estupidez”. En el tema sexual, el soltero le ha confesado que había probado todo y que no le hubiera importado que su cita fuera una chica transexual porque a él le gusta la mente de la mujer. A Andrea le ha parecido estupendo y han coincidido en que los dos eran un poco la oveja negra de la familia.
En el momento de la decisión final, Miguel le ha dicho que él quería repetir y ver si la cosa fluia “si no, santas pascuas” y ella le ha correspondido, viven cerca y según ella le dicho “podemos mirar qué tal tienes esas venas”.