Enrique es un alma de señor en un cuerpo de joven y ha venido a ‘First Dates’ con su flauta travesera, pero también toca la trompa y la trompeta. Le encantan los planes de montaña, el yoga, la meditación… Le encanta tener tiempo para él, pero también para compartir con los demás. Está estudiando ingeniería y sus amigos le llaman “El barroco”. Busca a una persona empática, cariñosa y divertida, con la que poder compartir sus aficiones.
Ha traído para su cita un corazón de ‘First Dates’ impreso en 3D con un mensaje oculto y nos ha confesado que alguna vez ha dado alguna tarjeta a alguna chica que ha conocido en el autobús “como alguien me puede aportar algo en tan solo 5 minutos”.
Paola, su cita, es una persona curiosa a la que le gusta aprender de todo. Le gustaría conocer a una persona al que le guste hacer muchas cosas “que no haya monotonía”. Carlos Sobera le ha enseñado el corazón que Enrique le había dejado y le ha gustado, pero al leer la carta le ha parecido que era “un poco excesivo” para el momento.
Enrique ha querido saber qué le gustaba hacer a Paola y al saber que le encantaba salir con sus amigas, él le ha dicho que se recargaba con la gente y que disfrutaba mucho en la montaña. Cuando ha llegado la cena, a Enrique le ha fascinado el emplatado y le ha confesado a su cita que le apasionaba el arte, algo que ella no controla mucho.
El soltero le ha contado que tocaba varios instrumentos y que estaba en la orquesta de su pueblo. A Paola le ha parecido muy interesante, pero ha sentido que cuando esperas que te guste un músico crees que va a tocar la guitarra o algo de rock “no la flauta travesera”.
En el tema de las relaciones, ella le ha dicho que no había tenido parejas y él le ha contado que había tenido una pareja que terminó hace un año y que le duró unos tres meses. Ella ha querido saber qué importancia el daba al sexo y Enrique la ha dejado sin palabras “no he tenido nunca, así que no lo sé”. Ella no podía creérselo “¿Eres virgen?”.
Paola se ha quedado flipando y le ha contado que ella era muy activa, y que el sexo era muy importante. De hecho, ha sentido que Enrique no era lo que estaba buscando “yo no quiero enseñar a nadie”. En el tema de la maternidad, ella le ha dicho que quería tener cuatro hijos y Enrique se ha asustado un poquitín.
El soltero estaba muy apurado porque no sabía cómo comerse las almejas y aunque ella le ha dicho “yo soy muy basta, me las comería con la mano”, él ha intentado comérselas con cuchillo y tenedor, y la soltera ha flipado “Le veo totalmente en la friend zone”.
En el reservado, el soltero ha sacado la flauta travesara y ha deleitado a su cita con la banda sonora de La Bella y la bestia. Paola no sabía muy bien qué hacer porque le parecía bonito, pero al mismo tiempo sentía que era una canción muy triste para el momento “parecía que me iba a poner a llorar”. Ni él ni ella han sentido nada y se han dado calabazas mutuas con mucha educación.