David ha venido a ‘First Dates’ con su chupa de cuero y un montón de historias en la mochila porque fue punky en sus tiempos mozos “salías a la calle y te daban de palos”. Según le ha contado a Carlos Sobera es pintor, pero su gran hobbie es la música y tiene un grupo tributo a Los Ramones.
Carlos Sobera ha sentido que tenía que ligar un montón siendo músico y David le ha confesado que había estado casado dos veces “la primera vez por carta, una cartita cada 15 días y la segunda por internet”. El presentador ha alucinado porque, además, le ha confesado que esperaba encontrar a su tercera mujer en la televisión. Le gustan las mujeres dulces y cariñosas “los único que queremos los hombres es cariño”.
Sandra, su cita, es una mujer rockera cuyo primer concierto fue en el año 89 con Loquillo, los Héroes del Silencio de teloneros y todo el mismo año que volvieron a juntarse los Rollings. Nos ha contado que la afición le viene de su tío y le ha gustado mucho que David fuera también rockero.
A David le ha gustado que Sandra fuera rubia y con los ojos claros “muy agradable”. La cita ha comenzado con ganas por ambas partes y más sabiendo que los dos vivían en la provincia de Barcelona.
La cena ha comenzado hablando de rock y todo ha ido sobre ruedas. Los dos son de la misma edad más o menos, son padres y escuchan el mismo tipo de música. Al saber que David tocaba en un grupo tributo a los Ramones, Sandra le ha contado que su ex tenía un grupo apadrinado por Loquillo, cuando eran Loquillo y los trogloditas, y ha dado la casualidad de que ambos conocían al bajista.
Tras más de un año solteros, los comensales se han expresado sus ganas de conocer a alguien con quién salir los fines de semana y volver a ir a conciertos, aunque David tiene la sensación de que cada vez hay menos. Sandra le ha confesado que puso de condición que a su cita no le gustara ni el reggaetón y ni el trap, y ha dado por hecho que a él no le gustaba. Él le ha confesado que a veces hablaba demasiado y han terminado retándose porque ella en muchas ocasiones también habla de más y chafa a la otra persona.
Los dos han estado de acuerdo en que su plan perfecto sería un buen concierto, unas birras y luego una noche de pasión, y David ha ganado muchos puntos para conseguirlo al contarle que había sido pizzero y que la cocina no se le daba nada mal. Ambos han encontrado lo que venían buscando y quieren seguir conociéndose un poquito mejor.