Dori es una mujer muy coqueta a la que le gusta ir siempre muy arregladita. Se divorció en el año 2000, pero no ha estado sola hasta hace dos meses y se lleva fenomenal con todos sus ex. Busca a un hombre que sea activo y le dé movimiento porque ella ha sido cocinera y modista, y sigue muy activa.
José Antonio, su cita, ha sentido “una hemorragia de satisfacción” al conocer a Carlos Sobera en persona. Las mujeres le gustan normales y que no vayan en minifalda con la edad que tiene él. Al verle, a Dori le ha gustado que fuera alto, pero no que fuera con un jersey de lana y sin perfumar. Él ha visto a una mujer que estaba de maravilla “luciendo su canal y todo”.
Dori estaba encantada con lo bonito que era el restaurante y José Antonio le ha dicho que más bonita era la compañía. José Antonio le ha dicho que él vivía solo y ella le ha contado que no paraba de coser y de viajar con su coche. Ella no le estaba viendo para tener una relación y él no paraba de piropearla “estás más rica tú que la comida”.
A la soltera le costaba entender a su cita en ocasiones y ha sentido que tenía “un estilo más de pueblo”. Eso sí, los dos van al baile, aunque José Antonio siente que “hay cada soltera resabiada…”. En mitad de la cena, el soltero ha tocado la copa con el tenedor para llamar a la camarera y pedirle un poquito de pan “abundante, como para una boda”.
José Antonio estaba encantado con su primera cita a ciegas y convencido de que le estaba gustando a Dori “si no la gusto es que tiene mal gusto ninguna mujer me ha dicho que no le haya gustado”. Ella tenía serias dudas y le ha dejado ver que la distancia no le gustaba, pero el soltero rápidamente le ha dicho que él tenía una casa enorme con un montón de habitaciones.
En lo que si han coincidido ha sido por su gusto por el pan porque no les ha durado nada en la mesa y el soltero ha vuelto a tocar la copa con el tenedor para pedir un poquito más. José Antonio no estaba pillando las indirectas de Dori y ha seguido metido de lleno en la conquista. La ha dado a probar su postre, la ha sacado a bailar un bonito pasodoble y no ha parado de piropearla y llamarla reina.
En el momento de la decisión final, Dori le ha dicho que tendría con él más citas como amigos, pero que sentía que vivían muy lejos para tener nada más “si alguna vez vas por Ávila, nos vemos”.