Pili está viviendo un momento muy feliz de su vida y se siente súper joven. Estuvo muchos años casada, pero hace cuatro años que se divorció y no ha llegado a enamorarse de nuevo. Para enamorarse necesita a un tipo divertido, con sentido del humor y al igual que Laura Boado, que sea guapo.
José Antonio lleva soltero “desde que Franco hizo el pantano de mi pueblo” y quiere cumplir el sueño de sus padres de que encuentre a “una mujer buena y que tenga buen corazón”. Al ver a Pili se ha quedado “impactado”, le ha gustado su físico y su forma de ser. Ella, sin embargo, no ha visto lo que se esperaba, pero han comenzado a hablar con bastante fluidez.
Al saber que Pili era divorciada, José Antonio le ha dicho que él era soltero de larga duración “tengo el arroz en remojo y se me va a pasar”. Ella tiene tres hijos y a él le ha parecido estupendo porque le gustan mucho los niños “pero los tiene criados, mucho mejor”. Él le ha explicado que lo había pasado muy mal con sus parejas y que su madre siempre le decía “hijo si te enamoras y te dice que te tires por un puente, que sea un puente bajito”.
Pili le ha contado que para enamorarse necesita a una persona que sea cariñosa, que le haga de reír y con la que hacer un montón de cosas. A José Antonio le ha cerrado el estómago de lo mucho que le ha gustado Pili “se me ha cerrado el estómago al verte, mira qué tipo se me está quedando”. El soltero no ha dudado en decirle que era muy guapa y que le estaba gustando mucho.
En el reservado, José Antonio ha sacado a Pili a bailar y le ha confesado que tenía todo lo que había pedido. Le gustaba su pelo, su cara, sus ojos, su forma de ser… El soltero estaba feliz y Pili también, pero no estaban sintiendo lo mismo. Ella ha sentido que José Antonio era un tipo estupendo y muy buena persona, pero no sentía ningún tipo de atracción.
Han quedado en volver a verse como amigos porque se lo habían pasado fenomenal y él le ha dicho que poco a poco “ya verás que cambias de opinión”.