A Inma le gusta mucho ir bien peinada y bien vestida. Es copistera y lleva desde el siglo pasado sin pareja. Estuvo felizmente casada, pero “se nos cansó el amor de tanto usarlo”. Busca a un hombre educado, divertido y “si canta y baila, perfecto”. Con que sea buena persona y agradable “ya está, lo tiene todo hecho”.
Cano, su cita, tiene claro que si volviera a nacer volvería a ser minero “hay mucho compañerismo”. Le ha gustado mucho el mechón de pelo rojo de Inma “eso dice que es una mujer moderna”. Ella al verla ha sentido que era “un hombre atractivo, un hombre majo”. Ella es de Vitoria y él de Asturias, viven más o menos cerquita.
Los solteros han comenzado la cita hablando de sus edades y al saber que ella era mayor, le ha dicho que estaba muy bien cuidada. Cano le ha contado que había sido minero y ella le ha confesado que cuando entra a un sitio nuevo siempre tiene que saber dónde está la puerta de salida. Los dos han coincidido en su gusto por el baile, pero él ha sido claro “me gusta más bailar en el pub que en el desguace”. De hecho, Cano le ha confesado que él bailaba bachata y hasta perreaba.
Inma le ha dicho a su cita que estaba soltera “estoy virgencita” y Cano no ha podido contener la risa “eso no, eso no cierra”. Ella le ha dicho que a veces echaba de menos un cariñito y él lo ha entendido, pero los dos han estado de acuerdo en que no les gustaban las cosas de aquí te pillo aquí te mato. Ella ha querido saber si le gustaba el fútbol y le ha propuesto ir a un partido juntos, le da igual subir ella o que baje él a ver al Alavés “yo tengo una furgoneta”.
Entre ellos ha comenzado a surgir la chispita y a Inma le ha encantado que le ofreciera volver juntos para el norte porque eso de estar en la estación sola, no le gusta demasiado.
En el reservado, les ha tocado un beso loco y a Inma le ha dado un poquito de corte, pero han comenzado con un piquito, que al final han sido dos o tres. Han bailado y él se ha venido arriba “perreo, perreo”. Inma se ha dejado llevar “me ha perreado, pero ha sido la puntita nada más”. Los dos estaban felices y no han dudado en decirse que “sí” a unas cuantas citas más.